<<... De improviso, un ser luminoso se detuvo ante mi. No me había visto, todavía. Pero al distinguirme entre las sombras, huyó volando. Apenas tuve tiempo de disparar mi cámara antes de que alzara el vuelo, agitando levemente sus alas...>>
Existía
una mútua repulsión entre el ordenador de mi hija y yo,
hasta que descubrí un programa que me ayudaba a crear imágenes
oníricas con fotografías. De esta manera pude plasmar
de forma real, esos seres imaginarios que habitan en mi mente y que
sólo podía representar con dibujos.